9 feb 2013

RAMÓN LOBO O EL 'PLAN B' DEL PERIODISMO EN CRISIS


Ramón Lobo
B. Es la letra en la que el periodista y escritor Ramón Lobo nos invita a pensar en su charla ¿Está en crisis el periodismo? que tuvo lugar el pasado miércoles en la Facultad de Comunicación de la Universidad de Murcia por el X Aniversario de la implantación de los estudios de comunicación. 
Desde 1992 este periodista de guerra no ha dejado de jugarse la vida para informar de conflictos en Serbia, Irak, Líbano, Haití o Ruanda, pero en noviembre del año pasado, Ramón Lobo se convirtió en uno de los 129 periodistas que se vieron afectados por el ERE del diario ‘El País’. La crisis también ha llegado a este viajero incansable.

Tras veinte años trabajando para ‘El País’, Ramón Lobo ha llegado a la conclusión de que “hay que tener ‘un plan b’”. Con estas palabras comenzaba su exposición ante una sala llena de estudiantes de periodismo de futuro incierto y expectantes ante lo que les podía contar este veterano de la guerra y de la paz informativa. No obstante, los estudiantes ya habían recibido un toque de nerviosismo con las palabras introductorias del profesor y periodista Vidal Coy, alertando de que es necesario aprobar el examen de inglés para obtener la titulación. 
A pesar del inquietante, aunque atrayente inicio, Ramón Lobo asegura que hay que pelear pacientemente por lo que uno quiere. Y lo dice el hombre que cobró un euro y medio por su primera entrevista, nada más y nada menos que a Antonio Gala. 

Una cámara manejada por un alumno de comunicación audiovisual graba toda la intervención de Ramón Lobo, que en este escenario, comienza su planteamiento. 
En cuanto a la crisis que sacude al panorama mediático, Ramón Lobo incide en que se trata de una crisis de la industria periodística, no del periodismo. Lo que está cambiando es el modelo de negocio basado en Internet. Lobo afirma que el consumidor de información tiene la sensación de que no necesita a los periodistas para informarse a través de la red y sentencia: “Si los periodistas queremos sobrevivir, tenemos que ser necesarios y ahora mismo no lo somos”. 
Además, los medios se tiran piedras a su propio tejado. Esto es lo que Ramón Lobo quiere decir cuando explica que “si tienes la información gratis en Internet la noche antes, ¿por qué te vas a comprar un periódico por la mañana?”. 
También, advierte de que “es una crisis de talento periodístico”, pues las redacciones se están llenando de jóvenes sin experiencia que tampoco reciben orientación dentro del medio, dado que la dirección de los medios de comunicación ya no está ocupada por periodistas, sino por hombres de negocio. 

Las risas de los asistentes a la charla por los problemas con el micrófono de Ramón Lobo interrumpen su discurso y hacen frente a la seriedad de sus últimas palabras. 
El periodista, esta vez sin micro, retoma su exposición para pasar a hablar, de forma cercana y siempre cargada de humor e ironía, de los fundamentos del periodismo. 
Así asegura que la base del periodismo es el interés, la curiosidad. Algo que, según Ramón Lobo, se intenta despertar desde las facultades de comunicación, aunque dice que el periodismo se aprende con la experiencia y que a partir de ese inicial interés hay que aprender por cuenta propia. Una declaración que no dejó indiferentes a los profesores presentes en la sala que, al ritmo de las palabras de Ramón Lobo, buscaban sus miradas cómplices para asentir al mismo tiempo. 
Según Lobo, las armas del periodismo son la jerarquización de la información para captar la atención del lector desde el titular, pues “nadie se lee el segundo párrafo”; el contexto y, como recalca el periodista, comprobar, comprobar, comprobar. 

Ha pasado una hora y el aula permanece llena. El silencio atento de los asistentes sólo es roto por las risas a una nueva frase ingeniosa de Lobo, por los flashes de las cámaras de alumnos y de un fotoperiodista que se mueve por la sala en busca de la mejor foto o por el sonido de las teclas de los móviles ‘twitteando’ el evento. 

En Ramón Lobo se aprecia una clara influencia del también periodista Kapuscinski, y no sólo porque lo haya citado, sino porque comparte la visión de que “como periodistas, nuestro trabajo son los Otros”. Son las personas que están en la calle y, por eso, Lobo defiende que “es fundamental el periodismo de presencia”, sobre todo en la prensa local, ya que esto nos ayudará a dejar de lado las aburridas ‘noticias de corbatas’. 
Para Ramón Lobo, el índice de aburrimiento del periódico se puede calcular dividiendo el número de corbatas entre el número de páginas del diario. 
Resulta curioso que Lobo explique esta fórmula matemática mientras el aula se sigue llenando de hombres vestidos con traje y corbata por la jornada de celebración de la facultad. 

Mientras se colocan algunas sillas, traídas de otra aula, en los laterales de la sala para los hombres trajeados, Ramón Lobo habla sobre el periodismo en Internet. 
Así distingue dos tipos de diario: los de toda la vida que tratan de hacer información y otros medios que “roban” información de los demás, conocidos como agregadores. 
Además, comenta que han surgido webs en Internet que hacen una gran labor periodística como ‘Cuarto Poder’ y ‘Periodismo Humano’ en España o ‘The Clinic’ y ‘Puerco Espín’ en Latinoamérica. Sin embargo, Ramón Lobo es un firme defensor del periodismo en papel y asegura que estos medios online también necesitan del papel para darse a conocer. 

Volviendo al plan b, Ramón Lobo afronta la crisis del periodismo como una oportunidad para emprender y poner en práctica ideas nuevas “adaptándose a los tiempos para sobrevivir”. Se muestra optimista con la profesión periodística y dice que “este trabajo es un maratón” ante el cual asegura: “Me niego a rendirme”. 
Esta actitud combativa, propia de un periodista de guerra, es la que muestra a diario en su blog ‘Este fuerte no se rinde’, así como para las tantas revistas y páginas web online para las que escribe. Me quedo con su frase: “Nosotros sólo nos podemos defender de la crisis con periodismo”.

1 comentario:

Grace dijo...

Hey!! Está muy bien, pero sería un favor si el color de texto fuera negro, porque contrasta más y se distingue mejor.
Un abrazo y suerte :)